¿Te gustaba llevar pendientes? Si los echas de menos, es posible que en este momento no los utilices porque el lóbulo de tu oreja ha sufrido un desgarro o una rotura completa. Por desgracia, es algo más frecuente de lo que muchas personas imaginan. A veces ocurre por un accidente tan sencillo como engancharse la ropa en el pendiente, también jugando con tus hijos o nietos o por el uso durante años de pendientes pesados. Aunque el problema puede resultar complejo para muchas personas, la solución es tan sencilla como una lobuloplastia. En este artículo descubrirás en qué consiste la operación de lóbulos rasgados y en qué otros casos pueden ser útil.
¿Qué es la lobuloplastia?
La lobuloplastia es un procedimiento quirúrgico para corregir los lóbulos rasgados de forma parcial o total. También es un método adecuado para quienes en su momento han utilizado dilatadores o piercings y quieren cerrarlos por cualquier razón. En algunos casos, la intervención puede ser necesaria debido a una atrofia de la grasa en esta zona de la oreja.
Se trata de una operación muy sencilla, que reconstruye tanto la cara anterior como la posterior del lóbulo. Dependiendo de cada caso, se utilizará un tipo de técnica. Los resultados son espectaculares y se perciben casi al momento. No solo mejora el aspecto a nivel estético y las orejas pierden su aspecto envejecido, sino que además en poco tiempo se pueden volver a utilizar pendientes. Este último es uno de los objetivos más demandados por quienes se realizan una intervención como esta.
En resumen, con una lobuloplastia se pueden conseguir estos objetivos:
- Corregir lóbulos rasgados, tanto parciales como completos.
- Cerrar piercing o dilataciones.
- Reducir el tamaño de los lóbulos o modificar su forma.
- Rejuvenecer el aspecto de las orejas.
¿Cómo se realiza una lobuloplastia?
Lo primero que debes tener claro es que, como ya hemos mencionado, existen distintas técnicas para realizar una lobuloplastia. La elegida depende del problema a tratar, estas son las principales:
- Operación de lóbulos rasgados. Es necesario efectuar una incisión vertical con el fin de retirar la piel interior y así poder unir la grasa y la piel.
- Operación de piercing y dilatadores. Hay que realizar una primera incisión que siga los pliegues de la piel de la oreja. En el caso de los dilatadores, puede ser necesario retirar el exceso de piel.
- Operación para reducir el lóbulo. La incisión realizada se oculta en la parte posterior de la oreja.
- La operación para corregir la forma del lóbulo después de la cirugía de otoplastia donde no se ha corregido el lóbulo, para que quede en el mismo plano que el pabellón auricular. También, en algunos casos después de la cirugía de lifting facial, donde ha quedado demasiado tenso el lóbulo de la oreja, conviene relajarlo para dejarle una forma menos alargada.
El cirujano estudiará cada caso para determinar cuál es el procedimiento más adecuado para lograr los mejores resultados. Es una operación que siempre se efectúa de forma ambulatoria y bajo anestesia local, que solo afecta a la parte inferior de la oreja.
Lo habitual es que dure alrededor de media hora. Una vez que termina, el paciente puede volver a su rutina habitual. La única diferencia es que un apósito cubrirá su herida mientras lleve puntos.
¿Qué precauciones hay que tomar después de una operación de lóbulo?
El postoperatorio de una lobuloplastia es muy sencillo. En la mayoría de los casos, los puntos se retiran 10 días después de la intervención. Las cicatrices que deja son tan pequeñas que apenas se pueden ver. Además, después de la operación muy pocos pacientes reportan haber sentido dolor, aunque algunos pueden notar que los puntos tiran un poco.
Es posible que tu médico te recomiende un tratamiento con antibióticos y antiinflamatorios para evitar que se infecte la zona. Aunque durante los primeros días debes evitar mojar la zona, intenta llevar siempre el pelo limpio.
Es mejor que los primeros días no duermas sobre la oreja intervenida, si la operación se ha realizado en las dos, descansa boca arriba. Además, intenta tocar lo menos posible la zona.
Cuando haya pasado un mes desde la operación, si el paciente lo desea, puede volver a realizar el agujero para pendientes. Eso sí, es necesario que no sea en el mismo sitio en el que se produjo el desgarro, ya que podría pasar de nuevo. Ten en cuenta que se recomienda que el paciente no utilice pendientes hasta que no haya pasado al menos un mes desde la intervención.
Durante los primeros meses utiliza protección solar en el lóbulo de la oreja para que la piel cicatrice bien y no se enrojezca de manera permanente.
¿Qué ventajas tiene la operación del lóbulo?
Aunque ya hemos mencionado algunas, queremos que conozcas las ventajas de realizar una lobuloplastia:
- Mejora la estética de la oreja.
- Permite volver a utilizar pendientes.
- Los resultados son rápidos y naturales.
- No requiere ingreso hospitalario.
- Se utiliza anestesia local.
- No es un proceso doloroso.
- No deja cicatrices visibles.
- Los pacientes siempre quedan satisfechos.
- Si se siguen los consejos médicos, los resultados son permanentes.
La lobuloplastia es la operación de orejas más frecuente, después de la otoplastia. En el Instituto Pérez de la Romana somos expertos en este tipo de intervenciones. Estaríamos encantados de verte en la primera consulta con el cirujano donde podrás descubrir hasta qué punto una cirugía tan sencilla puede mejorar tanto tu aspecto.