Los pechos tubulares es una deformidad congénita, es decir que existe desde el nacimiento, y se empieza a observar en la adolescencia, que es justo en el momento en que empiezan a presentar desarrollo las mamas.
¿De qué hablamos en el artículo?
¿Cómo saber si tengo mamas tubulares?
¿En que consiste esta deformidad? Es un desarrollo anómalo en el volumen y el desarrollo de las mamas presentando aspecto parecido a un tubo, de hecho por eso se les llama mamas tubulares. Atendiendo a su aspecto, se observa que falta desarrollo en la base de las mamas, es decir son estrechas de base y sin embargo presentan un exceso de tamaño en la areola con una apariencia, como decíamos, de tubo.
Otra característica anatómica muy frecuente es que suelen ser asimétricas, es decir, una es mas grande que la otra, mas tubular o mas caída.
Tratamiento de las mamas tubulares
El tratamiento de mamas tubulares es muy importante porque las pacientes que lo sufren, debido a lo temprano de su aparición, suelen tener gran afectación psíquica y desean estar perfectas o corregidas lo mas pronto posible.
El mejor momento de realizar está corrección es justo en la pubertad para que las pacientes afectadas no tengan que estar mucho tiempo padeciendo esta deformidad y posible alteración psíquica.
El tratamiento es únicamente quirúrgico y consiste en conseguir un pecho de apariencia normal y natural. Para ello se aumentan las bases de las mamas mediante implantación de prótesis y se corrigen las areolas estrechándolas para que parezcan mas bien un cono (no un tubo) y queden de forma y tamaño atractivo. Además, para corregir la asimetría, si es necesario, se pone una prótesis mayor que otra en el lado que sea mas pequeño para conseguir un aspecto equilibrado en ambas mamas.
Esta es una intervención que produce gran satisfacción a las pacientes porque suele evitar complejos y aumentar su autoestima devolviendo un aspecto bello y equilibrado al busto.
Postoperatorio de la cirugía de pechos tubulares
El periodo post operatorio no suele extenderse más allá de un mes y consiste en cuidarse durante una semana con un vendaje apropiado, para que no se muevan las mamas de su sitio, retirándolo posteriormente y colocando un sujetador apropiado que se llevará durante un mes. El resultado conseguido de esta manera es bueno y rápido porque podrá reincorporarse a su actividad habitual en apenas una semana y la actividad deportiva en aproximadamente un mes.